¿Tu hijo/a empieza el colegio y no puedes evitar sentir nervios? En julio salisteis por última vez de la escuela infantil, con sus dibujos, su ropa de cambio, su mochila… Y ahora ya estás preparando la vuelta al cole. Esta es una nueva etapa para ellos, pero también para los padres.
Cuando se acerca la edad de ir al colegio, a veces los padres sienten que es demasiado pronto y que su hijo/a aún no está preparado/a. Aunque ya empieza a ir solo/a al baño, guarda sus cosas en la mochila y solo necesita un poco de ayuda para vestirse, todo esto le ayuda mucho a ser cada vez más autónomo/a.
Lo más importante es que el niño sienta que tiene el control sobre lo que hace y cómo va creciendo su autonomía.
Tal vez en este momento de cambio, os preguntéis exactamente:
- ¿Qué es lo que sabe vuestro hijo?
- ¿Cómo es de listo?
- ¿Hasta dónde ha llegado de verdad?
Porque el próximo curso tendrá exigencias, nuevas disciplinas, nuevos horarios… Y eso muchas veces asusta a los padres. Pero podemos darle la vuelta y pensar en todo lo que han evolucionado, en todas las cosas que saben nombrar, en todas las habilidades que han adquirido durante estos años. Durante su etapa en la escuela infantil, han aprendido en muy poco tiempo muchas cosas. No solo a andar, correr y empezar a hablar, sino que entienden el ambiente que hay a su alrededor, tienen su propio sentido del humor, y cambian de comportamiento según quien les rodea.
Tu hijo/a acaba de terminar una etapa mágica de su vida y ahora comienza otra.
¿Cómo podemos acompañarle en su adaptación al colegio?
A los 3 años, los niños viven un gran cambio en su vida, ya que es momento de dejar la escuela infantil donde parecen estar más protegidos y atendidos para la nueva andadura en el colegio de mayores. Estos cambios aterrorizan a padres e hijos, y nosotros podemos ayudarles a sobrellevarlo de la mejor manera posible.
Optimismo
Ayudemos a nuestros hijos a enfrentar esta nueva etapa con optimismo. ¿Qué podemos hacer para ello? Generar pequeñas expectativas positivas sobre lo fantástico que es el patio del recreo y las cosas nuevas que van a aprender. Si tienes otro hijo/a más mayor, te puede echar una mano con esto.
Entorno más familiar
Para que el cambio no sea tan brusco y sea más paulatino, los días antes del inicio podemos acercarnos a la puerta del colegio para que observe el patio y explicarle que va a ser el nuevo lugar donde aprenderá cosas nuevas. De esta manera, el primer día le resultará más familiar.
Adaptación gradual
En la mayoría de los colegios se lleva a cabo una adaptación gradual que también propicia que el niño se familiarice con los profesores o sus nuevos amigos. Se va entrando en pequeños grupos en distintos días y, en ocasiones, acompañados de sus padres.
Nuevos horarios, nuevas rutinas
Al igual que en las aulas, en casa también debemos ir poco a poco introduciendo los nuevos horarios de adaptación. Ajustar las horas de sueño y las comidas. Es normal que en verano hayamos dejado de lado las rutinas, pero ahora toca volver a empezar.
Más tiempo con ellos
Estos cambios harán que los niños estén más sensibles, por lo que es importante que durante la primera semana pasemos más tiempo con ellos e intentemos establecer una comunicación sincera y fomentar el apego.
Las emociones, claves para los cambios
En estos cambios, las emociones estarán a flor de piel. Es de suma importancia estar atentos a cómo se sienten y darles técnicas o herramientas para que nos lo cuenten.
Para entender todos los cambios que va a vivir, necesitará durante este próximo curso:
- Más palabras para compartir contigo lo que siente.
- Comprender más lo que pasa a su alrededor.
- Que empatices con él/ella, averiguando cuáles son sus verdaderos sentimientos y cómo se siente. Si conseguimos esa comunicación, le daremos muchas herramientas que le ayudarán a vivir su nueva etapa. Los juegos sobre emociones en niños tan pequeños funcionan muy bien para que empiecen a identificarlas.
- Crear momentos de intimidad para compartir esas nuevas situaciones que pueden ser difíciles para él/ella. Que tenga claro que las cosas salen bien aunque haya pequeños conflictos o decepciones que puede compartir contigo al final del día.
- Acompañarle en este viaje compartiendo también nuestros sentimientos y emociones. Enseñándole nuevas palabras que le ayuden a expresar lo que siente o cómo nos sentimos nosotros en situaciones similares.
Y es que aprender a escuchar a nuestros hijos implica:
- No creerse todo lo que nos cuentan, ya que están viviendo entre la realidad y la imaginación, entre sus emociones y la fantasía. Intentar encontrar la verdad mirando todas las circunstancias e interpretando lo que dicen, «cogiéndolo con pinzas» para que salga a la luz la verdadera realidad.
- Separar tus miedos de lo que esté experimentando tu hijo, sin impacientarte, sin gritar y sin demostrarle angustia o ansiedad.
- Preguntarle «¿Qué pasó?» Es una primera pregunta muy adecuada.
- No acusarle de mentir, normalmente los niños cuentan las cosas, según su edad, como pueden.
- Mantener una comunicación fluida con sus nuevos profesores.
- Favorecer la socialización con sus nuevos compañeros. Que tu casa sea un espacio seguro para sus amigos.
- Vigilar sus horas de sueño y el nuevo ritmo de tareas.
Recuerda que familiarizarse con las emociones y los sentimientos es una tarea casi imposible para los niños pequeños y necesitan tu guía y la experiencia que has adquirido en tu vida.
¿Te ha gustado el artículo? ¿Tienes dudas? Déjamelas en comentarios.
Recuerda seguirme en mis redes sociales para más consejos!