El refuerzo positivo: ¿Qué hacer cuando se portan bien?

Durante las consultas de los padres que recibo, a menudo me preguntan qué pueden hacer para mejorar el comportamiento de sus hijos o para poder reaccionar mejor ante las acciones negativas de los pequeños. Sin embargo, pocas veces me cuestionan qué deben hacer cuando su hijo tiene comportamientos positivos.

La educación de los hijos es un periodo que obliga a los padres a prestar atención a detalles del trato diario con ellos. Es necesario, llegado el momento, que los padres deben focalizarse en cada oportunidad que surja para reconocer el buen comportamiento de los niños, en vez de esperar siempre a las malas acciones para reaccionar.

Tras tratar con muchos padres, me pregunto muchas veces por qué ocurre así. Le damos más importancia a los malos comportamiento que los buenos. Es decir, ¿por qué no me preguntan cómo tratar a un niño cuando se porta bien?

Reconoce el comportamiento adecuado

El primer paso es identificar y reconocer, de forma positiva, las buenas acciones. Suelo preguntar a muchos niños y adolescentes cuántos de ellos se sienten criticados por sus padres cuando hacen algo mal. Lo habitual es que contesten que sí, que se sienten criticados, cuando hacen las cosas mal.

Después, les pregunto si, cuando hacen algo bien, sus padres les elogian y alaban las cosas buenas que hacen. Los niños, ante esa pregunta, se quedan pensando y responden: «pocas veces».

Qué hacer cuando se portan bien

Estas respuestas de los niños, y las acciones de los padres, son interesantes. Para evitar que se dé esta situación de valorar más (negativamente) las veces que no se portan bien, puede ser útil llevar un registro de las interacciones. Puede ser incluso escrito, donde se apunten las interacciones de forma positiva y negativas que tenemos con ellos.

Puede parecer una tontería, pero al cabo de una semana, podréis reevaluar la información escrita y ver cuántas veces hemos regañado a nuestros hijos y cuántas veces les hemos elogiado. El hecho de medir un comportamiento de forma escrita nos va ayudar a mejorarlo.

Debemos tener en cuenta que, cuando nos centramos en elogiar a nuestros hijos, notaremos que de repente evaluamos y valoramos más las cosas buenas y los comportamientos buenos en general. Al utilizar esta estrategia también veremos que aparecen cambios en ellos.

Probemos a elogiarles cuando ponen la mesa, cuando siguen nuestro ejemplo y ayudan a sus hermanos, cuando cooperan en la casa, etc. Esto producirá un efecto que se generalizará y lo irán aplicando a otras áreas de su comportamiento.

Reconoce los comportamientos de forma casual y breve

Cuando vemos que nuestro hijo tiene una conducta apropiada es el momento de reforzársela de forma positiva, pero sin demasiados alardes. Muchas veces, hacen falta pocas palabras, sin hacerlo ceremonioso.

Por ejemplo:

Cuando estén jugando tranquilamente, sin discutir y sin hacer demasiado ruido, podemos acercarnos con una sonrisa y decir: «¡Qué bien que bien os estáis portando!» Luego seguir con vuestra tarea. Esto permite que podáis hacerlo tan a menudo como sea necesario porque os va a ocupar muy poco tiempo.

Las refuerzos positivos de forma breve y dados de forma casual, tienen un efecto muy poderoso a nivel reforzador, en el comportamiento positivo de vuestros hijos. Lo interpretan como una reacción natural de sus padres y lo aceptan como consecuencia de manera más orgánica.

Utiliza diferentes elogios en el refuerzo

Para reforzar positivamente el comportamiento de un hijo es importante. En vez de decir: «¡Qué buen hijo eres!» o «¡qué buena niña eres!», podemos acercarnos y explicar la conducta que estamos elogiando. Por ejemplo:

¡Muchas gracias por cuidar también de tu hermana! ¡Te felicito por haber hecho solo  los deberes!

Cuando hablamos verbalmente de un determinado comportamiento, estamos educando con mucha eficacia y los niños tenderán a aprender y a repetir esas conductas llaman la atención de sus padres. Reciben el estímulo de que es algo positivo lo que están haciendo, y por lo tanto son más propensos a repetirlas. Es decir, ellos aprenden que el comportamiento negativo no atrae la atención de sus padres pero si el positivo.

Si habitualmente hemos utilizado más la crítica ante los comportamientos inadecuados, en el momento en que cambiemos nuestro sistema y alabemos con un método positivo, las conductas adecuadas, puede que provoque en los niños una reacción adversa. Ellos están acostumbrados a una reacción negativa por nuestra parte; por tanto pueden interpretar nuestro cambio de actitud como algo negativo o extraño.

Refuerzo positivo niños

Es decir, el comportamiento puede ser peor temporalmente. Pero no hay que preocuparse porque, después de un tiempo, el comportamiento poco apropiado empezara a desaparecer. Empezarán a entender el refuerzo del comportamiento positivo.

Es importante que los padres entendamos que el comportamiento de los hijos se ve reforzado por lo que inmediatamente ocurre después de dicho comportamiento. Los hijos aprenden rápidamente que las consecuencias positivas vienen después de comportamientos adecuados y que están llenos de refuerzos positivos, entonces estarán deseando que vuelva a parecer un comportamiento parecido.

El elogio puede ser:

  1. Un elogio merecido. Es el elogio que se da solo cuando lo merecen nuestros hijos, no hay que abusar de ellos. Porque si no, dejarán de ser eficaces.
  2. El elogio sincero. Cuando alabemos a nuestros hijos, debemos hacerlo con el corazón, convencidos y con una sonrisa.
  3. Elogios enriquecedores. Elogios que resalten la bondad o la lealtad de nuestro hijo, su tolerancia, su capacidad de trabajo, su capacidad de dar las gracias, su generosidad, su responsabilidad, etc. Con el paso del tiempo, elogiar las conductas relacionadas con estos valores hará un gran trabajo sobre su comportamiento.

Es como si hiciéramos un entrenamiento diario del que esperamos recoger unos frutos.

Empecemos hoy mismo a modificar nuestro comportamiento, reforcemos sus buenas conductas usando expresiones como:

  • Muchas gracias por ayudarme a recoger la mesa
  • Terminaste tu tarea antes de cenar. ¡Qué bien!
  • Gracias por ser tan responsable
  • Qué bueno fuiste ayer cuidando de tu hermano

Utilizar este tipo de expresiones, conseguirá que nuestros hijos aprendan algunos valores. Es un aprendizaje primordial para que, poco a poco, vayan eligiendo sus acciones siempre de manera positiva y promoviendo comportamientos cada vez más dignos de reconocimiento.

¿Crees que elogias los comportamientos positivos de tu hijo? ¿O solo aprecias sus actos negativos? ¿Quieres aprender a cambiar esta tendencia? Ponte contacto conmigo y hablamos.

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