La lectura desde la infancia puede tener múltiples beneficios. Los estudios demuestran que los niños que cuentan con una exposición activa al lenguaje tienen ventajas sociales y educativas, la lectura es una de las mejores formas de exposición al lenguaje. El hábito de leer con nuestros hijos lo debemos implementar desde sus primeros meses de vida, ya que luego serán ellos mismos quienes nos pedirán ese cuento antes de ir a dormir.
La llegada del otoño, y la vuelta al cole es un buen momento para recuperar rutinas. El hábito de la lectura debería seguir estando presente y recuerda no hay mejor manera para que nuestros hijos sientan atracción y curiosidad con la lectura que vernos a nosotros leer un libro.
Ventajas de la lectura desde la infancia
Nadie puede discutir los beneficios que tiene la lectura para los niños tanto a nivel de aprendizaje como de compresión, pero también tiene otras ventajas que tienen que ver con el apego. Esos momentos con ellos, leyendo afianzan nuestro vínculo emocional y familiar con nuestros hijos y crean el ambiente adecuado para que expresen todo aquello que sienten. Además a través de la lectura, al igual que ocurre con el juego, podemos saber aquello que les preocupa, cómo se sienten o cómo les ha ido el día.
Es más cuando terminemos un párrafo o una página podemos preguntarle:
- ¿Qué crees que ha sentido el protagonista?
- ¿Habrías hecho tú lo mismo que él en esa situación ?
De esta manera, cada capítulo de un libro puede dar lugar a un diálogo en el que se hable de conductas, de emociones, de lo que está bien y de lo que está mal, del niño…. Y así poco a poco pueden ir saliendo a relucir las emociones que ha vivido en situaciones parecidas.
Tipo de lectura según la edad
Cada edad requiere un tipo de lectura diferente y en cada edad puede ser un momento divertido y apasionante que esperen durante todo el día con impaciencia.
Entre los 2 y los 3 años
No podemos pasar demasiado tiempo leyendo con ellos hay que leer ratitos cortos. Hay que esperar que el niño centre su atención en el cuento y a partir de ahí, dejar que vuele su imaginación y acompañarle. A veces incluso puede querer hablar de cosas que ni siquiera aparecen en el cuento o que aparentemente no tienen nada que ver, no importa. Todo diálogo es bienvenido.
Puede que, a partir del cuento, el niño empiece a hablar de lo que le ha pasado hoy con otros niños o de cómo se siente. Por tanto, no importa aunque no avancemos mucho con el libro.
El libro es una oportunidad, diferente cada día.
Elige siempre libros con dibujos atractivos y con imágenes.
Entre los 3 y los 4 años
A estas edades a los niños les gustan los libros divertidos, con sorpresas, con cosas que aparecen de repente entre una página y otra… Y es que las sorpresas a estas edades, les ayudan a dar rienda suelta a su imaginación y eso da lugar a que se imaginen escenas divertidas con las que podéis reíros y pasarlo bien.
Cuando te ríes con un niño o una niña de tres o cuatro años, le estás transmitiendo que le entiendes y que compartes con ella o con él su sentido del humor. No hay nada mejor ni más sano que estrechar vínculos a través del sentido del humor.
Entre los 4 y los 5 años
A estas edades ya les gustan más las historias leídas desde el principio hasta el final.
Les encanta hablar de los protagonistas del cuento, de porqué han hecho las cosas, de qué es lo que habría hecho él si fuera el protagonista, de cómo reaccionan los demás cuando el protagonista ha hecho o ha dicho tal cosa, de lo que hubiera hecho él para solucionar lo que ha pasado…
A estas edades los niños participan en la historia, sea cual sea y aprenden a ver a otros, en este caso los protagonistas del cuento o del libro, enfrentar y resolver las situaciones de la vida y todo eso le va abriendo nuevos horizontes y le va dando más información.
Entre los 5 y los 6 años
A esta edad les gusta que los libros traten de lo que para ellos son ‘cosas importantes’: amigos, viajes, cosas asombrosas… Normalmente, a esta edad tienen mucha imaginación, ya que les encanta aprender y conocer historias asombrosas sobre máquinas que hablan, coches fantásticos, otros planetas, dinosaurios…
Hay que tener en cuenta que los niños no tienen noción del tiempo clara hasta los 7 u 8 años de edad, por tanto, será normal que no quieran dejar de leer y que siempre les parezca poco tiempo.
En ocasiones, puede ser un problema el tiempo que tienen que esperar para que llegue ese momento de la lectura, ya que para ellos que le digas que tiene que esperar una hora hasta que acabes tu trabajo no significa gran cosa. Los niños viven en el presente, el aquí y el ahora. Por eso es posible que nunca quieran que acabes el cuento, que no quieran irse a dormir porque están entretenidos y divertidos oyéndolo. Por todo esto, es normal que no entiendan que tienen que esperar para que se lo leas…
La mayoría de las veces entienden más acerca del tiempo a través de las repeticiones y las rutinas. En ese sentido, la lectura de un cuento suele ser una repetición diaria. Por eso, puedes utilizar la lectura también para que comprendan que mañana por la noche seguiremos leyendo el cuento. «Mañana mamá o papá , van estar aquí para volver a compartir este rato contigo».
Con esto, poco a poco les ayudaremos a relacionar el cuento con que ha pasado un día entero. Por tanto, olvídate de los relojes y de los calendarios, a estas edades no sobrevalores lo que comprenden.
¿Quieres más recomendaciones de lectura? Házmelo saber en comentarios.