Alternativas al castigo. Cómo educar con amor y firmeza

Hace una semana os explicaba cuales podían ser las consecuencias de los castigos en los niños cuando los usamos para corregir sus conductas. Pero aunque muchos padres saben que los castigos realmente pueden no ser eficaces y les gustaría no usarlos, no saben qué pueden hacer para educar a sus hijos y poner límites. Por eso, hoy os dejo algunas alternativas al castigo!

Alternativas al castigo

Acompañar a nuestro hijo

Cuando el niño o el adolescente están viviendo un conflicto, están enfadados o tienen una rabieta es cuando más necesitan nuestra figura de referencia, que les dé consuelo en ese momento. Alguien que le ayude a poner nombre a lo que le pasa, a lo que siente y con su ayuda vaya desenredando ese caos emocional y le haga entender esos cambios en sus estados de ánimo.

Con amabilidad podemos invitarle  a la reflexión sin buscar culpables e indagando sobre el por qué ha ocurrido. De esta forma, irán tomando conciencia y sustituirán el ir aprendiendo, en vez de sentirse culpables, a buscar soluciones y hacerse responsables de sus comportamientos.

Por supuesto, para recorrer ese camino necesitan nuestra ayuda. Podemos hacerlo, dándoles pautas y herramientas con las que pueden poco a poco resolver las situaciones difíciles ellos solos.

Que expresen lo que sienten

Esto es fundamental. Por supuesto, debemos comunicarles que sus conductas no nos gustan, que nos producen tristeza o enfado y que podemos encontrar con ellos la forma de que desaparezcan. Para ello tenemos que conectar con las emociones que tienen y que las expresen, ya que son muy importantes para él y están justificando su tristeza, su enfado o su conducta.

Darles confianza

Si hemos creado un ambiente de confianza, en los momentos más complicados el niño sabrá que puede contar con nosotros y sentirse acompañado. De esta forma, será más fácil que pueda compartir sus preocupaciones y que nos deje ayudarle.

Tomarnos un tiempo

Es importante que cuando haya una mala conducta por parte de un niño, los padres nos tomemos un tiempo de respiro con el fin de no reaccionar en el momento,  es importante relajarse, respirar y dejar pasar el tsunami emocional. De esta forma, tanto el niño como los padres, volverán a estar en calma para luego abordar el problema con respeto y buscar soluciones.

El hecho de retirarse a la habitación o decirle al niño que se retire a su habitación, lejos de ser un castigo, es un tiempo muerto necesario para recuperar la calma interior.

Darles oportunidades

No podemos quedarnos en el error o en repetir lo mal que se portó y si vuelve a ocurrir castigarle una y otra vez. El error es una oportunidad y tenemos que sacar el máximo partido para que sirva de lección y de aprendizaje. Precisamente, esta es la magia del error, que nos proporciona nuevas formas, nuevas conductas y nos hace sentir mejor, una vez que hayamos sacado el aprendizaje correspondiente.

Nada como el ejemplo

Olvídate de los sermones, de las charlas eternas, de lo que tú hiciste cuando tenías su edad… Los hijos imitan las conductas pero no van a escuchar tus largas explicaciones. Recuerda: hacen lo que hacemos, no lo que decimos.

La gestión emocional

Poner nombre a las emociones, para gestionarlas, para ir controlándolas poco a poco requiere un aprendizaje y nosotros podemos ser su guía.

Lo normal es que al principio las emociones salgan a borbotones de forma desordenada y descontrolada y para eso estamos ahí, para ayudarles a que vayan canalizando y gestionándolas  poco a poco.

No sin empatía

Ponernos en el lugar de nuestro hijo nos hará evitar el castigo en todas las situaciones. Su interpretación del mundo es muy diferente a la nuestra, su forma de ver las cosas es muy diferente y actúa con sus herramientas, de forma poco adecuada, pero es su elección y su punto de vista.

Tenemos que evitar que se sienta incomprendido y no podemos pretender que vea las cosas como nosotros ni que razone como nosotros.

¿Te ha gustado el artículo?¿Tienes alguna duda? Déjamelas en comentarios. Como ves las alternativas al castigo son posibles aunque a veces requieren una dosis extra de paciencia y mucho amor!

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