¿Qué estilo educativo tengo con mis hijos?
8 de octubre de 2020

Cuando hablamos de clases de cuidadores, nos referimos al estilo educativo. Se suelen reducir las pautas educativas y para clasificarlos hay que basarse en los diferentes tipos más frecuentes de educación familiar.

Las pautas básicas que se tienen que tener en cuenta son: el control, el cuidado, la empatía, la afectividad, la disponibilidad, la comunicación y la contraposición.

A pesar de no ser una clasificación ortodoxa, es más sencillo entenderlo con metáforas.

Tipos de estilos educativos

¿Con qué estilo de cuidador te sientes más identificado?

1. El estilo del CANGURO

  • Tienen una bolsa protectora.
  • Muy sobreprotectores.
  • Muy benevolentes.
  • Gestionan todo, hasta los más pequeños detalles, en la vida de sus hijos.
  • Asumen toda la responsabilidad de sus hijos.
  • Impiden que el niño afronte solo los retos y aprenda, por lo que quedará «atrapado» en su bolsa.

2. El estilo del RINOCERONTE

  • Intransigencia que nos agota y nos estresa.
  • Demasiado control: persuasivos y persistentes.
  • Si se le agota la paciencia con las conductas de sus hijos, las aplastará con la lógica.
  • Los hijos se sienten coaccionados.
  • Pueden usar amenazas, agresividad o la intimidación para conseguir lo que quieren a través de la lógica y el razonamiento.
  • Genera resistencia en los hijos. Si no están preparados para el cambio, esta actitud generará en ellos la actitud contraria, es decir tendrá un efecto motivacional contrario de lo deseado.

3. El estilo del DELFÍN

  • Lleva la dirección sutil, justa. A veces, por delante del hijo enseñándole el camino, otras al lado animándole y acompañándole y otras detrás en silencio.
  • Hay un equilibrio entre orientación y calidez.
  • Confía en la capacidad de su hijo pero está pendiente de él.
  • Empuja y guía con amabilidad y suavidad.
  • Su objetivo es conseguir el bienestar de su hijo.
  • Los hijos suelen tener muy buena autoestima y se sienten muy seguros a su lado.

4. El estilo del AVESTRUZ

  • Intentan evitar los problemas: huida y evitación.
  • No admite las consecuencias de las conductas de sus hijos.
  • Pasan mucho tiempo fuera de casa, trabajando mucho.
  • Se aíslan y son fríos con sus hijos.
  • Sus hijos se sienten solos.

5. El estilo de la MEDUSA

  • Demasiado transparentes emocionalmente.
  • Reacciones emocionales exageradas, a flor de piel: miedo, culpa, enfado, rabia…
  • Suelen ser perfeccionistas: se juzgan como padres.
  • Creen que son totalmente responsables de la felicidad de sus hijos.
  • Se agotan y se desesperan ante los problemas.
  • Los hijos se sienten mal están ante estas reacciones «brutas» de las emociones de sus padres.

6. El estilo del SAN BERNARDO

  • No fallan sus hijos. Son cumplidores y siempre están ahí.
  • Son confiables, tranquilos.
  • No gritan ni siquiera en situaciones de estrés.
  • Son fuertes, cálidos.
  • Los hijos se sienten muy seguros.
  • Son leales y compasivos.

Es posible que te hayas visto identificado en determinados rasgos de todos los estilos de cuidador y es una situación normal. Esto sucede porque encontrar el equilibrio entre todos los modelos no es una tarea fácil. Por tanto, la reacción normal es generar una reflexión en los padres.

¿Cuál es la clase de cuidador ideal?

Desde luego en el día día con los hijos buscamos tener un equilibrio entre nuestro cariño y nuestra orientación. Para ello, el estilo de cuidador DELFÍN es un buen referente.

Nos enfrentamos a retrocesos, fracasos y conductas difíciles. Por eso es muy importante el papel de los padres para reconocer los éxitos de sus hijos, alabar sus esfuerzos y estar siempre ahí, disponibles para ellos con todo su amor.

Las claves de los cuidadores

  1. No tener reacciones emocionales extremas como la medusa o el avestruz. Hay que estar calmado y sólido como el San Bernardo.
  2. No asustarse ante las conductas de los hijos para no dejar que nos controlen y hacer que no existen, como el avestruz.
  3. La ironía, las burlas o el análisis lógico exhaustivo no son útiles, como con el rinoceronte.
  4. Debemos tener una actitud constante, sólida, que sirva de guía a todos nuestros hijos, como el delfín.
  5. Cuidado con nuestros estados emocionales: si estamos agotados, mejor retirarnos y solucionarlo en otro momento.
  6. Los errores son un tesoro: aprender de ellos, disculparse y volver a empezar. Esa es la clave.

No debemos sentirnos culpables si identificamos rasgos que nos parecen negativos o que creemos que algo no estamos haciendo bien. La maternidad es un camino lleno de aprendizajes y como padres debemos reflexionar y cambiar aquello que no nos guste en la educación de nuestros hijos.

¿Crees que no lo puedes hacer solo/a? No lo dudes pide ayuda a un profesional que te proporcione herramientas específicas para conseguir los cambios que quieres en tu como padre o madre y en las conductas de tus hijos

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