¿Por qué se ha disparado el fracaso escolar en niños y adolescentes desde que comenzó la pandemia?
El confinamiento: ¿uno de los motivos del fracaso escolar?
Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, han aparecido situaciones nuevas que han supuesto un aumento de los problemas en nuestros hijos, dada la falta de recursos y de herramientas que tienen para digerir y metabolizar esta nueva situación.
La pandemia ha funcionado como «cristal de aumento» y ha magnificado los problemas emocionales de nuestros hijos.
La pandemia, pero sobre todo el confinamiento, ha dejado muy claro que en general nuestros hijos no están preparados en habilidades emocionales:
- La ausencia de la “conciencia de la emoción”, es decir; que los niños y los adolescentes tienen muchas emociones, que no saben definir, ni expresar, ni nombrar, en definitiva: no saben lo que sienten.
- Tampoco tienen autocontrol. Les falla la “regulación emocional»: hay subidas y bajadas muy bruscas, por lo que suele haber muchos problemas de convivencia en las familias.
- La falta de automotivación en adolescentes y niños, es otro de los grandes problemas que se han puesto en evidencia: ha decaído en todos los niveles.
- También existe una falta de educación en la empatía.
En la pandemia hemos podido comprobar que no estábamos educando a nuestros hijos con las competencias emocionales adecuadas. No les estamos educando en la resiliencia: en la capacidad de levantarse después de los problemas, sino que les estamos educando con mucha permisividad y sobreprotección.
Nos estamos dando cuenta, de que no les estamos educando para superarse y crecer ante las dificultades de la vida.
La gran consecuencia de todo esto: el aumento estrepitoso del fracaso escolar
¿Qué podemos hacer?
La pandemia ha sacado a la luz la necesidad que tienen los niños y los adolescentes, de aprender y desarrollar su inteligencia emocional.
- Los padres deben comenzar a hablar de resiliencia, empatía, autorregulación, autocontrol y educación emocional con sus hijos, y a darles las herramientas necesarias para sobrellevar las situaciones difíciles.
- Tienen que enseñar con el ejemplo: servir de espejo para sus hijos; no podemos enseñar con las palabras, sino con el ejemplo; y sólo el ejemplo en acción, es cómo vamos a enseñar a nuestros hijos todas estas habilidades.
Si los padres no desarrollan las competencias emocionales en ellos mismos, es imposible que puedan ayudar a sus hijos a desarrollarlas.
Por eso, cuando en consulta acompaño a un niño o a un adolescente en su proceso, necesito la colaboración de los padres. Muchas veces es necesario dedicarles algunas consultas, solo a ellos, para trabajar estas competencias emocionales y de esta forma, conseguir que tanto los padres, como yo, vayamos en la misma dirección. En la mayoría de los casos también me pongo en contacto sus profesores, para que sepan qué proceso estamos trabajando, y estemos todos alineados.
Si los padres no se ven preparados, es importante pedir ayuda.
Signos de alarma:
La pandemia ha supuesto un aumento de ciertas situaciones que requieren pedir ayuda:
- La violencia dentro de la familia.
- Aumento de las tentativas de suicidio.
- El fracaso escolar.
- El estrés, la ansiedad y la preocupación en los niños y adolescentes.
- Las conductas conflictivas.
- La violencia.
- La depresión.
- La descompensación de problemas latentes.
Todas estas situaciones nuevas requieren solución y nuevos retos de los que nos tenemos que ocupar, es decir: trabajar y enseñar a nuestros hijos los recursos emocionales para revertir estos estados emocionales y sus consecuencias. Y de esta forma, prevenir problemas aún mayores.
¿Tienes dudas? Déjamelas en comentarios.
0 comentarios