¿Estás cansada/o, problemas, autoexigencia, estrés, no se está quieto, no para, no te obedece y no termina nunca de cenar y… se lleva un buen grito?
Que haya una buena comunicación con los hijos es fundamental. Una comunicación en la que cuides tus palabras, una comunicación en la que tu hijo se sienta escuchado, una escucha activa en la que observes su lenguaje corporal, sus gestos, el tono de su voz, sus posturas… Observa mientras te habla, mientras te transmite no solo con sus palabras sino también con sus actitudes o través de todo ello y así sepas cuáles son sus emociones.
Esto te dará mucha información para saber dónde está él, cómo está y de esa forma poder llegar mejor a él y poder ayudarle y que vuestra comunicación sea óptima.
¿Qué ocurre cuando gritamos a nuestros hijos?
- No te escuchan, no aprenden.
- No les estás enseñando a respetar.
- No les estás enseñando a relacionarse de forma adecuada con otros niños.
- No habrá una buena relación entre vosotros.
- No serás un ejemplo para enseñarle autocontrol.
- No les enseñas nada positivo.
- Acabarán gritándote ellos a ti.
¿Qué puedes hacer para no gritar?
- Educa con límites claros y consistentes. ¿No los pones ? ¿te cuesta? ¿tienes miedo que se enfade o a que no te quiera ? Revisa todo eso.
- El refuerzo positivo debe estar siempre presente. De forma inmediata tras lo que han hecho bien. Valorando su esfuerzo eso les hará ganar autoestima y mejorará vuestra comunicación.
- Sí a los horarios y a las normas. Todo ello basándonos en el respeto entre todos. Explícaselo bien.
- Busca siempre el lado positivo de las situaciones: enséñales a ver siempre el vaso medio lleno.
- Intenta averiguar que hay detrás del enfado o la desobediencia de los hijos, tal vez les falta atención o cariño. Sée empático y mira a ver qué pasa.
- No a los castigos: habla, comunícate con él, negocia…
- Practica el autocontrol, aprende a respetar y a tranquilizarte, antes de actuar, eso exige entrenamiento.
- Sé comprensivo y, tal vez, más tolerante.
- Generar complicidad en casa funciona.
- El diálogo en la familia es fundamental y les ayudará a verbalizar como se sienten.
Muchas veces nos dejamos llevar por la prisa y no nos paramos a escucharles, debemos mostrar una actitud siempre abierta para la comunicación. Establecer estas bases desde pequeños hará que cuando lleguen a la adolescencia podáis estar más presentes en sus vidas para poder ayudarles.
Por ello, identificar los errores en la comunicación con nuestros hijos es una tarea fundamental que evitará que se alejen de nosotros. Aunque, a veces, nos resulte difícil, merece la pena fomentar la tolerancia, la comprensión y la comunicación en un ambiente familiar tranquilo y de confianza.
Si consideras que hay situaciones que te sobrepasan y no sabes cómo afrontar, no lo dudes pide ayuda a un profesional que te dé herramientas con las que aprender autocontrol y a gestionar ese tsunami de emociones que a nuestros hijos les embargan.
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