Cómo puede ayudar el Mindfulness a los niños

Si enseñaremos meditación a cada niño de ocho años eliminaríamos la violencia en solo una generación.
XIV Dalai Lama

Mantener la atención de niños y adolescentes focalizada en sus correspondientes tareas es el gran reto al que se enfrentan los profesores y educadores actuales. El malestar emocional que experimentan los niños por la gran exigencia del entorno en lo relativo a la atención puede llegar a dificultar el aprendizaje.
El Mindfulness aporta una mayor capacidad para permanecer en el momento presente, aumenta su concentración, su creatividad, mejora la convivencia y la relaciones inter e intra personales, entre otras habilidades. Todo ello se traduce en un aumento del bienestar psicoemocional y el desarrollo de la inteligencia emocional del niño y del adolescente.

El mundo en el que están creciendo nuestros hijos es vertiginoso y la filosofía del aquí y ahora es su lema. Como dice Nicholas Car, Internet nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación. Las nuevas generaciones serán más eficaces procesando información pero menos profundizando en ella lo que les deshumanizará. Las nuevas tecnologías les incitan a buscar lo breve y rápido y les aleja de concentrarse en una sola. Sin duda, nuestra cultura es racional y egoísta pero… ¿Y si les enseñamos la opción de construir un mundo diferente donde precisamente este ritmo vertiginoso sea el motor para cambiar? Sería el mejor regalo que les podríamos hacer…

¿Sabías que la práctica del Mindfulness produce cambios anatómicos y funcionales en el organismo?

Al trabajar la atención consciente en niños y adolescentes se produce un aumento del área prefontal del cerebro, así como se desarrollan la memoria, la toma de decisiones, la planificación y las funciones ejecutivas.

Los niños en general tienden con la edad a ir perdiendo su capacidad de atención con la que nacen y la recepción de muchos estímulos externos también les distrae. Por este motivo, es importante que los padres les proporcionen un equilibrio entre la estimulación que llega del entorno, muy importante para su aprendizaje, y la tranquilidad. Es decir, momentos en los que no hacer nada y aburrirse, que también son imprescindibles para su desarrollo.

Mindfulness es prestar atención de una forma especial, con intención en el momento presente y sin juicios

John Kabat-Zinn

Las nuevas generaciones viven a menudo una lucha entre lo que se les exige y lo que realmente ellos pueden dar, generando con ello un estrés que se prolongará durante toda la vida. Por este motivo, se insiste a los padres que es necesario enseñar a sus hijos a gestionar tanto sus emociones como las habilidades de comunicación a través de sus interacciones sociales.

Debemos tener en cuenta que a partir de los dos años y medio, el niño tiene capacidad de conectar con su propia narrativa interior. Sin embargo, si hay factores que afecten al desarrollo de su autoconcepto, esto hará que tenga dificultades a la hora de concentrarse y prestar atención.

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Aprender a calmar la mente para ver con más claridad les hace sentir bien. A través del Mindfulness les damos herramientas para que, en edades tempranas donde son tan receptivos tengan un crecimiento cognitivo y emocional sano y equilibrado. Se trabaja la confianza y conciencia en sí mismos, el autocontrol, las habilidades sociales o la empatía, entre otras.

 

¿Por qué debemos iniciar a nuestros hijos en la práctica del Mindfulness?

Cada vez son más los estudios que corroboran que la práctica del Mindfulness en niños y adolescentes tiene efectos muy positivos en su desarrollo hacia la madurez. Tal y como hemos comentado anteriormente, la sociedad en la que vivimos nos envuelve en la vorágine del caos, las prisas y la inmediatez. Dejamos de tomarnos tiempo para desconectar e incluso para no hacer nada. Desde tiempos ancestrales, la meditación ha ayudado a la humanidad a centrarse. ¿Y por qué no adquirir esta práctica desde niño?

A continuación os enumero algunos de los beneficios de la práctica del Mindfulness en niños y adolescentes:

  1. Mejora la atención, la capacidad de concentración y la memoria.
  2. Favorece la capacidad de relajarse, el descanso y dormir bien.
  3. Aumenta la confianza en sí mismo y el respeto hacia los demás.
  4. Les hace ser más responsable de sus conducta y adquirir un compromiso con sus decisiones.
  5. Disminuye el nivel de estrés y ansiedad, en ocasiones precedido por una exigencia desde el entorno o simplemente desde sí mismo.
  6. Facilita la gestión de las emociones, desarrollando la inteligencia emocional.

Es la capacidad humana universal y básica que consiste en ser conscientes de los contenidos de la mente, momento a momento

Vicente Simón

Talleres de Mindfulness para niños y adolescentes

Desde hace varios años llevo impartiendo talleres grupales e individuales de Mindfulness para niños y adolescentes con grandes resultados. Incluso utilizo algunas técnicas en mis terapias como psicóloga infantil y juvenil para tratar problemáticas como el TDAH, la ansiedad o la depresión infantil. Todo ello con el fin de aportarles herramientas a las más pequeños con las que puedan mejorar su nivel psicoemocional. Día a día compruebo lo potente esta práctica y los cambios que se producen en el niño y en el adolescente. El Mindfulness es una necesidad y supone un auténtico regalo enseñar a los niños este método basado en una filosofía ancestral.

En estos talleres trabajo con los más pequeños aspectos tan fundamentales como:

  • El poner atención a la respiración, y al momento presente, trabajando la consciencia corporal. Con ello mejora la creatividad y el rendimiento académico.
  • La inteligencia emocional con la que aprender a discriminar, regular y gestionar emociones y pensamientos y ganar, con ello, flexibilidad conductual.
  • Las habilidades prosociales como la empatía, amabilidad, educación, cooperación…

 

Con todo ello se potencia el autocontrol y se aprende a gestionar situaciones, que son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. Precisamente, la Generación Z, es decir, aquellos niños nacidos entre 1996 y 2010 presentan un mayor número de trastornos psicológicos que generaciones anteriores.

Por tanto, cuando sientas que tiene la cabeza llena de cosas, de ruido o está triste o rabioso o enfadado o simplemente cansado, recuerda que hay un sitio en el que sentirá calma, estará contento y donde se podrá refugiar. Ese sitio está dentro de cada uno. Hay que saber encontrarlo y, con la práctica del Mindfulness, podrá identificarlo y acudir a él siempre que crea necesario.

Si necesitas más información sobre esta práctica o quieres apuntar a tus hijos a los talleres de Mindfulness que imparto cada sábado no dudes en ponerte en contacto conmigo.

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