Algunos niños hablan de monstruos, de fantasmas debajo de su cama y no pueden dormir. ¡No deberíamos en ningún caso negar rotundamente que existan los monstruos porque eso no le ayudará!
Consejos para cuando nuestros hijos tienen pesadillas
- En vez de prestar atención a lo que dicen podríamos intentar averiguar que hay detrás de lo que dicen. Para ello podemos intentar que pongan nombre a lo que sienten: ¿estás asustado? explícame cómo te sientes. ¿Cómo se llama el monstro? ¿nos inventamos una historia?
- Lo que importa no son tanto tus palabras como que ellos/as sientan que estás a su lado. Eso les aporta tranquilidad.
- En ningún caso les taches de tontos o de mentirosos.
- Esos monstruos pueden representar muchas cosas. Desde tu propia impaciencia hasta su incapacidad de expresar lo que sienten.
- Aún cuando no averigüemos el origen de sus sentimientos, hay que valorarlo y validarlo igualmente, es un sentimiento real.
- Trabaja la comunicación con el o ella, en ese momento.
- Si le dices que lo del monstruo es una tontería, aprenderá a callarse en otros muchos momentos.
- Los niños no pueden evitar lo que sienten.
- Debemos tratar de allanar el camino para que cuenten con nosotros cada vez que tengan una emoción o un sentimiento que les preocupe o les inquiete.
- Nuestros hijos no han vivido tanto como nosotros, no tienen experiencia, no han leído, no saben detectar las señales de alarma ni identificar el por qué de sus emociones.
- Nunca le digas que es tonto.
- Lo que hacemos es lidiar con él/ella y con el monstruo, no sentarnos a su lado para juzgarles.
- Muchas veces nos resulta difícil reconocer los sentimientos de nuestros hijos, pero si lo hacemos, conseguiremos establecer un vínculo sólido con ellos.
- Esto no solo es aplicable con los hijos sino con todos los demás seres humanos.
- Cuando ellos/as se sienten mal, necesitan que les acompañes, no pelear contigo para demostrar cómo se sienten.
- Todos necesitamos que nos comprendan para no sentirnos solos.
- Al final, los padres pueden expresar con palabras los sentimientos que ven en el niño, detrás de ese monstruo para que el niño identifique ese sentimiento: eso producirá un momento de conexión.
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