Las altas capacidades son una de las dudas más frecuentes que recibo en consulta y en redes sociales. Muchas familias no saben exactamente qué significa este término hasta que lo viven de cerca, ya sea con sus propios hijos o con alguien cercano. Durante mucho tiempo se hablaba de “niños superdotados”, pero hoy en día el concepto de altas capacidades es mucho más amplio.

Es importante entender que las altas capacidades pueden manifestarse en diferentes áreas. Un ejemplo clásico: Mozart ofrecía conciertos con solo 7 años, mientras que Einstein no habló hasta los 3. Ambos fueron genios reconocidos en su ámbito, pero con perfiles y talentos muy distintos.

En definitiva, un niño con altas capacidades es aquel que destaca en ciertas habilidades por encima de la media. Estas capacidades pueden surgir de forma innata, pero necesitan siempre ser estimuladas y acompañadas para que se desarrollen plenamente.

Consejos para padres de niños con altas capacidades

1. Dedicar atención… sin olvidarnos de los límites

Son niños que suelen demandar mucha atención. Sin embargo, es fundamental que aprendan que no siempre podrán tenernos disponibles. Podemos explicarles que nos encanta responder a sus preguntas, pero que existen momentos y espacios de respeto (cuando trabajamos, hablamos por teléfono o necesitamos un tiempo personal). Una idea práctica es usar un cartel de “no molestar” en ciertas ocasiones para que comprendan esos límites.

2. Diferenciar entre sus metas y las nuestras

Es normal sentir orgullo por sus talentos, pero debemos preguntarnos: ¿está mi hijo disfrutando de esta actividad o la mantiene por nuestra presión? Respetar sus intereses reales es clave para que no sientan el peso de nuestras expectativas.

3. No descuidar las habilidades sociales

El desarrollo intelectual debe ir acompañado de la educación emocional y social. Practicar deporte, compartir momentos en familia y crear un ambiente de comunicación en casa son tan importantes como potenciar su intelecto.

4. Enseñar el valor del esfuerzo

Al aprender con facilidad, algunos niños con altas capacidades no desarrollan la perseverancia. Es fundamental que entiendan que no todo es inmediato: la disciplina, los horarios y el orden son aprendizajes básicos que necesitarán toda la vida.

5. Cuidar su autoestima

El perfeccionismo y el miedo a fallar pueden afectar su seguridad. A veces prefieren no intentar algo antes que equivocarse. Por eso, debemos valorar más el proceso que las notas o resultados: ¿se siente motivado? ¿aprende? ¿disfruta?

6. Favorecer un autoconcepto sano

Los niños construyen la idea que tienen de sí mismos a través de cómo se les educa. Ser respetuosos, positivos y animarles a desarrollar sus talentos refuerza un autoconcepto sólido.

7. No dar siempre todas las respuestas

Responder a cada una de sus preguntas puede parecer tentador, pero también es importante enseñarles a buscar soluciones por sí mismos: investigar en libros, consultar en internet o plantear hipótesis propias.

8. Practicar la empatía

Muchos niños con altas capacidades son muy sensibles y buscan la aprobación de los demás. Nuestro papel como padres es enseñarles a ser fieles a sí mismos y valorar lo que ellos desean, no solo lo que los demás esperan de ellos.

9. Establecer normas claras

Necesitan límites para sentirse seguros. Puede que discutan cada norma, pero una vez comprendida, la respetarán. Lo importante es que sean normas claras, coherentes y constantes. El famoso “porque lo digo yo” no funciona en estos casos.

10. Dar libertad y espacio

La creatividad y la imaginación son parte esencial de su desarrollo. Brindarles espacios de libertad, donde puedan experimentar y crear, fomenta su autonomía y fortalece su confianza.

11. Enseñar la toma de decisiones

Permitirles decidir, dentro de un marco de límites, fortalece su responsabilidad. Los rituales diarios como recoger juguetes, cepillarse los dientes o poner la mesa ayudan a estructurar su rutina y comprender las consecuencias de sus actos.

En resumen

Los niños con altas capacidades tienen un enorme potencial, pero también necesidades específicas. No basta con estimular su intelecto: necesitan aprender esfuerzo, habilidades sociales, manejo emocional y autoconfianza. Como padres, nuestro reto es acompañarles con equilibrio: darles alas para volar, pero también raíces fuertes para sostenerse.

¿Tienes dudas sobre las altas capacidades o sobre cómo acompañar a tu hijo?
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