¿Es normal que tengan más momentos de no querer obedecer, de gritar, de tener rabietas o estar más nerviosos? Sí, es totalmente normal.
Se acabó el colegio, el estar con sus amigos, sin jugar al aire libre… Todo ello unido a la pérdida de la rutina habitual, a las conversaciones que escuchan entre sus padres, a la preocupación que sienten ellos… Son muchos cambios. ¡Explícale lo que pasa a través de vídeos infantiles y cuentos! Tus hijos manifestarán más estrés y más irritabilidad. Es normal, a lo mejor también lo hacemos nosotros.
¿Qué podemos hacer para evitar las rabietas?
- No olvides tener una rutina. Ayudarles a hacer ejercicio, a mantener su higiene diaria, a no estar todo el día en pijama, a no abusar de los dulces, ni de los hidratos de carbono, a respetar las horas de sueños, a que ayuden en las tareas en casa… Importante para mantenernos activos.
- Flexibilizar horarios y prestarle atención a lo que necesitan, especialmente cuando llega la rabieta o se portan mal. A lo mejor necesitan un poco de espacio o tal vez más abrazos.
- Que puedan expresar sus emociones. Hablar con ellos, ayudarles a expresar sus miedos, a través de la pintura, de los juegos, aprovechar cualquier ocasión.
- No darles toda la información que nos llega. No lo necesitan así como tampoco necesitan ver imágenes de lo que está pasando. No a la sobreinformación.
- Que hablen por Internet con la familia y los amigos. Más videollamadas, eso les va a dar mucha tranquilidad.
- Son buenos para hacer orden con ellos. Orden en sus cajones y en sus armarios. El orden fuera ayuda el orden dentro.
- Ten paciencia: ahora más que nunca intenta comprenderlos, no enfadarte.
- Actividades con ellos y actividades sin ellos. Organiza bien los horarios, pelis y juegos juntos son necesarios a diario.
- Guarda un espacio para ti, para reservarte… Es tan importante como respirar: busca la calma y la fuerza dentro de ti.
Y cuando se produce la rabieta ¿cómo podemos gestionarla?
- Se intenta tranquilizarles y distraerles, pero observa qué pasa. A veces necesitan un poco de espacio, estar solos. Otras veces, solo muchos besos.
- Hablar y razonar no siempre es fácil y recomendable en el momento. Hay que saber esperar sin desesperarse, hay que responder con calma y no echar más leña al fuego.
- Previene cuando veas que se va torciendo, intenta anticiparte, flexibiliza y déjale un espacio para ver si consigue no caer en la rabieta.
- Improvisar para provocar situaciones que le sorprendan y le saquen de su estado emocional. Como por ejemplo: ¡vamos a dejarlo todo y nos vamos a vestir de cocineros porque vamos a hacer tu tarta favorita!
- Reacciona con calma. Estate atento a lo que necesita para calmar su estado emocional desbordado. No te impongas. Tal vez necesita espacio. Ratos de estar solo en su habitación o muchos abrazos.
- Hablar y ayudarle a que lo entienda y lo razone será más tarde.
- Prima todo lo que hace bien cuando sale de la rabieta es muy importante.
- Dedícale un poco más de tiempo, sus emociones se desbordan y necesitarán muchos abrazos y que sepan que tú estás ahí.
Son momentos difíciles y complicados tanto para los padres como para los hijos. Hay que saber relativizar, discernir de lo que es importante y armarse de paciencia. Si tienes alguna duda o necesitas más información sobre el tema puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi email.
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