Sabemos que la forma más eficaz de hacer disminuir las conductas problemáticas de nuestros hijos es reforzar los comportamientos positivos a través de la herramienta del REFUERZO POSITIVO. Utilizando pautas negativas nunca va a desaparecer un mal comportamiento.
Sin embargo, muchas veces, nos sale de forma espontánea: el control, la crítica e incluso el castigo ante una conducta negativa de los hijos. Los padres, a menudo, utilizamos amenazas, gritos o castigos e intentamos, de esa forma, que nuestros hijos se comporten de forma adecuada. Este tipo de técnicas para controlar el comportamiento de los hijos, no solo no son eficaces a largo plazo sino que hará que los niños intenten evitar o escapar de esa influencia revelándose y enfrentándose a sus padres. Es más, su uso en la adolescencia, produce que los adolescentes respondan enfrentándose de manera frontal, violando las reglas y buscando siempre la provocación.
Por tanto, es muy importante para los padres comprender que si nuestro comportamiento a la hora de situarnos ante las conductas de nuestros hijos es la crítica, el juicio o la amenaza, no vamos a lograr un cambio positivo.
La frase: «Así fue como me educaron a mí y así es como he llegado a ser quien soy». Hoy en día no la podemos tener en cuenta.
Refuerzo positivo, la clave para acabar con las conductas inadecuadas
Debemos centrar nuestra energía en promover y reforzar todo tipo de conductas positivas que tengan nuestros hijos y consolidarlas. Para ellos, es necesario reconocer verbalmente todos los comportamientos positivos por pequeños que sean. También elogiar y reconocer día día esos esfuerzos que poco a poco van acercando a nuestros hijos hacia comportamientos más adecuados.
Nuestra responsabilidad como padres es crear un ambiente en la familia que le dé al niño/a todas las razones y los motivos necesarios para poder desarrollar lo mejor de sí mismos. Y es que cuando un niño/a es criticado o juzgado por tener conductas desadaptativas, se siente incompetente y bajo la famosa «crítica constructiva» lo desmotivamos. Por tanto, debemos eliminar definitivamente de nuestro repertorio de educación las discusiones, las amenazas, los sermones, los interrogatorios interminables, la fuerza verbal, la fuerza física, la súplica…
Podemos basar nuestra educación en el respeto, en el refuerzo positivo, en las sonrisas, en el cariño, en los límites, en la charla relajada, en la escucha atenta por nuestra parte y en un análisis exhaustivo de nuestras conductas con respecto a nuestros hijos.
Si te gustaría educar a tus hijos de forma positiva pero no sabes cómo hacerlo, déjame tus dudas o envíame un mensaje a través de mis redes sociales!