Como psicóloga infantil y juvenil, especialista en terapias de tercera generación como ACT y Mindfulness, mi trabajo en consulta va orientado a crear un espacio y dedicar un tiempo en el que el niño sea el protagonista y acompañarlo durante el proceso. Por supuesto individualizando el proceso para cada niño o adolescente, según su edad y sus necesidades.
Un espacio para él, donde se sienta confiado y seguro, sin sentirse juzgado.
Mi papel es actuar como facilitadora, reguladora y acompañante en su proceso, no como una figura directiva, sino como alguien cercano, siempre con los límites preestablecidos y creando un vínculo entre ambos, vínculo que forma parte de la terapia.
Primero se averiguan los motivos de la consulta a través de los padres, del propio niño o adolescente y de los profesores, en los casos en que sea necesario.
Tras explicar al paciente (niño o adolescente) cuál es mi papel, empatizar con él y validarle, profundizamos en las dos primeras sesiones con un análisis funcional. Se trata de ir averiguando cuáles cuáles son las áreas problemáticas a trabajar y el origen de todos de todas ellas . Dicho análisis conlleva un intercambio de información con el niño o adolescente y un trabajo con él desde el primer momento.
A partir de dicho análisis funcional la terapia utilizada en consulta es experiencial, es decir el niño o el adolescente observa y discrimina su propio comportamiento, así como los costes de sus comportamientos a corto y a largo plazo.
Asimismo adquiere la habilidad de identificar sus eventos privados como pensamientos, emociones, sensaciones, recuerdos y trabajar para no fusionarse con ellos, aprendiendo a distanciarse y a tomar perspectiva, adquiriendo así un repertorio conductivo alternativo.
Se trabaja ayudando a conectar con las áreas valiosas de su vida, se trabaja también la aceptación, el yo observador, la creación de un espacio entre ellos y sus eventos internos, la discriminación de los costes de sus conductas, así como el compromiso dirigido hacia sus áreas vitales de valor.
Todo ello a través de: ejercicios experienciales múltiples ejemplos, metáforas y juegos en el caso de los niños, es decir, a través de un contexto motivacional.
Este proceso lleva el niño o al adolescente a aprender a discriminar y regular sus emociones y pensamientos, permitiéndole una mayor capacidad de resolución de sus conflictos y una mayor flexibilidad conductual de cara a resolver las dificultades que le han traído a la consulta.
Habitualmente se dedican varias intervenciones a trabajar también con los padres, de cara a unificar objetivos y a que las pautas de actuación con respecto al niño, vayan al unísono, con la finalidad de ayudar lo mejor posible al niño o al adolescente.
En muchas ocasiones también es importante que los profesores del niño o del adolescente, trabajen junto con nosotros por lo que es muy frecuente que entre en contacto con ellos. De esta forma trabajamos en la misma dirección con padres y profesores para conseguir el mayor beneficio del niño o adolescente.