¿Sabes qué es la asertividad? La asertividad es un componente fundamental en las habilidades sociales de los niños y también en los adultos. Es una forma de ser y actuar que debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños. Se trata de una habilidad que no nos viene de serie pero que puede practicarse y aprenderse.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es la habilidad o capacidad que tiene una persona para expresar, decir o mostrar lo que siente, cree o necesita de forma respetuosa, clara y sincera. Todo ello sin molestar, agredir o hacer daño a nadie.
¿Por qué es importante que nuestros hijos sean asertivos?
Es importante transmitir a los niños capacidades como la asertividad para que no se dejen manipular por las opiniones de los demás o, en el otro extremo, no impongan sus gustos, opiniones o decisiones sobre otros. Precisamente, la asertividad es un reflejo de una autoestima sana y de unas relaciones sociales justas y equilibradas.
Para entender la asertividad, veamos los dos extremos a los que nos podemos enfrentar en nuestras relaciones con las personas.
- Estilo pasivo: son personas que no defienden sus intereses, no expresan sus sentimientos, ideas u opiniones sinceras. No expresan que están en desacuerdo, tratan de no molestar a los demás. No reciben ningún rechazo pero los demás se aprovechan porque siempre hacen lo que ellos quieren. Por ejemplo, Diana es una niña de 7 años que cuando va al parque sus amigas le cogen siempre su patinete, aunque le molesta nunca les dice nada.
- Estilo agresivo: son personas que defienden sus intereses por encima de todo. Imponen sus sentimientos, ideas y opiniones sin importarles la opinión de los demás. Incluso pueden amenazar, insultar o agredir para que nadie les imponga nada ni los pise. Por ejemplo, Daniel es un niño de 10 años que intimida a sus compañeros hasta que consigue lo que quiere de ellos.
Trucos para mejorar la asertividad y las habilidades sociales en nuestros hijos
Ten en cuenta que la asertividad es una capacidad que podemos desarrollar y trabajar desde que nuestros hijos son muy pequeños. A continuación, te aporto toda una serie de trucos que puedes realizar con tus hijos con los que trabajar esta habilidad y conseguir unas relaciones sociales sanas y justas.
- Que manejen frases como:
- «Entiendo pero no me interesa».
- «A lo mejor pero aún no lo he decidido».
- «Te lo agradezco pero no voy a ir».
- Entendemos lo que nos dice la otra persona que, a lo mejor, nos quiere manipular pero mantendremos nuestra decisión.
- «A lo mejor soy egoísta pero…»
- «Tienes razón pero lo haré cuando yo lo decida…»
- «No estás de acuerdo conmigo pero lo haré.»
- Escuchamos con respeto y sin interrumpir al otro y luego damos nuestra opinión, que es diferente a la suya.
- Ante una crítica justa o razonable no hay que dar demasiadas explicaciones:
- «Es verdad que he tardado mucho en hacer los deberes, lo siento».
- Preguntar para conocer más sobre lo que opina el otro:
- ¿Te molesta lo que te estoy diciendo?
- ¿Qué tiene de malo que quiera ir al parque?
- Repetir lo que siente la otra persona, con la que no estamos de acuerdo:
- «Yo sé que para ti es importante y lo tengo en cuenta pero…»
- Decimos lo que nos dice el otro de forma parecida pero expresamos nuestra opinión.
- ¿Te sentirías mejor si te dijera que sí?
- No hace falta dar excusas, pero sí razones concretas para no ceder a la manipulación. Para ello, conviene utilizar la técnica 1, 2y 5 ante frases como:
- «¡Vaya siempre tienes problemas para…»
- «Nunca te lo había pedido antes».
- «Me dejas muy mal si no lo haces…»
- Si no queremos hacer lo que nos dicen, aunque sea tentador, a veces, pensamos:
- «Debería contentar a los demás» NO a ese pensamiento.
- «No puedo decir no sin que se molesten» NO a ese pensamiento.
- «Mejor lo hago porque se va a enfadar» NO a ese pensamiento.
- Ante una crítica razonable que viene de otro:
- «Soy lo peor por haberlo hecho mal» NO a ese pensamiento
- Queremos que el otro no se comporte así con nosotros:
- «Usar tono firme, pero no agresivo».
- «Tengo derecho a pedir cambios, expresándolo con respeto».
- Si no opina igual que los demás que no duden en usar el pronombre “yo”:
- «Yo creo que también se puede ver de esta manera…»
- «¿Alguna vez lo has visto de esa forma?»
- Si nos interrumpen:
- «Enfatizar nuestro tono de voz».
- «Mirar a los ojos de las personas que nos interrumpen».
- Usar frases como: «Quiero decirte algo y luego me gustaría que me dieras tu opinión».
- Cuando hemos cometido un error:
- No ocultarlo.
- Expresar que nos hemos equivocado pero no dejar que el otro nos critique de forma exagerada con frases como: siempre haces lo mismo, eres un desastre…
- Lo suyo es decir: «Siento que me equivocado y tomo nota».
- Si no sabemos algo, no hay que ocultarlo, reconocerlo con naturalidad, pero sin sumisión o agresividad:
- «Es imperdonable que no lo sepa» NO a ese pensamiento.
- «Pensarán que soy tonto» NO a ese pensamiento.
- Acabar con una conversación que no queremos continuar:
- «Perdóname es que tengo que irme…»
- No me atrevo a interrumpir, se va a enfadar NO a ese pensamiento.
- Recibir los cumplidos sinceros de otros sin necesidad de devolverlos y sin minimizar lo que hemos hecho bien, por falsa modestia.
- «¡Has hecho bien los deberes de hoy!»
- «Gracias, he hecho todo lo que he podido».
- «Qué guapa estás con ese vestido».
- «Estoy muy a gusto con él, gracias».
- No aceptar la compañía que no queremos cerca:
- No mostrar interés falso.
- Ser claro y escueto para que capten el desinterés.
- Romper el hielo:
- Se puede hacer a través de una pregunta.
- O ofreciendo algo a la otra persona.
- O Saludando y presentándose
- Aprender a pedir favores, los demás no tienen porque averiguar lo que quiere tu hijo para ello:
- Indicar claramente lo que quieren, dando razones para ello ,no con excusas.
- No al miedo al rechazo; somos libres para pedir ayuda, igual que los otros son libres para darla o no darla.
- Saber dar halagos:
- Con coherencia entre lo que sentimos, el valor de lo que ha hecho el otro, lo que queremos valorar y la forma de hacerlo. Seamos sinceros.
- Mostrar afecto es muy importante para tener relaciones sanas y poco a poco aprenderán a distinguir a quien si y a quien no se lo pueden mostrar.
En resumen , estas herramientas les ayudarán a desarrollar sus habilidades sociales, mientras van trabajando la empatía, la generosidad bien entendida, la comunicación sana y la asertividad.
Los padres debemos estar ahí siempre que nos necesiten para ayudarles a resolver sus dudas y sus conflictos.
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