Niño optimista vs pesimista. Trabaja el optimismo con tus hijos
8 de noviembre de 2023

El optimismo no es solo un pensamiento positivo es un hábito. A muchos padres les gustaría que sus hijos tuvieran esa mirada, esa disposición positiva ante la vida. Ser optimista consiste en tener siempre una disposición a mirar el lado más favorable y esperar los mejores resultados. Hay personas que creen que el optimismo es una característica nata, pero sin embargo, hay que saber que se puede trabajar y desarrollar.

Los niños optimistas tienen más éxito en el colegio, en su relaciones… Incluso tiene mejor salud que los niños pesimistas. Además, suelen contagiar su alegría y su ilusión y es un rasgo que puede inmunizar frente a los problemas. Eso sí, el optimismo se puede trabajar pero… ¿Cuál es la diferencia entre niños optimistas y pesimistas?

Niño optimista vs Niño pesimista

La principal diferencia entre los niños optimistas y los pesimistas es la forma en la que explican las causas de lo que está pasando.

En el caso de los optimistas creen que los acontecimientos positivos van a seguir ocurriendo en el tiempo y ocurrirán en distintas situaciones. Además, se hacen responsables de intentar conseguir que pasen cosas buenas. Y si pasa algo malo lo ven como algo pasajero, temporal y que no tiene porque volver a ocurrir.

En el lado contrario, se posicionan los pesimistas. Un niño pesimista piensa que los acontecimientos negativos son lo habitual y que los acontecimientos positivos son esporádicos y fruto de la buena suerte y no dependen de ellos en ningún caso. Son muy catastrofistas y siempre tienden a ver el vaso medio vacío. Por ejemplo, cuando al niño pesimista no le dejan ir a jugar o hacer algún plan, llora y se pone de mal humor. De esta manera, une su respuesta emocional a esta actitud ante la vida y, a veces. los padres refuerzan esta visión, cediendo a estas prohibiciones.

El pesimismo suele ser síntoma de una de las grandes epidemias a nivel mundial: LA DEPRESIÓN

Todo se puede modificar a través de la aprendizaje, de nuevas formas de pensamiento, nuevas formas de pensar sobre sí mismos, nuevas formas de resolver los problemas… Hay que decir que los efectos en los niños, como  compruebo en mi consulta a través de LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN  Y COMPROMISO, son inmediatos y, además, dichos cambios se mantendrán en el tiempo, como antídotos con un valor real. 

¿Cómo podemos fomentar que un niño sea optimista?

  1. Puedes enseñarles desde pequeños
  2. Mira a ver cómo son las críticas con tus hijos. Una crítica exagerada puede dar lugar a un sentimiento de culpa y vergüenza.
  3. Analiza con tu hijo los problemas con un enfoque optimista. Ayúdale a ver cómo puede cambiar las causas que los han provocado. El optimismo de basa en el pensamiento realista.
  4. Proponles desafíos adecuados para su edad.
  5. Si queremos que nuestros hijos sean optimistas tal vez tengamos que cambiar nuestra forma de pensar, transformando nuestros pensamientos negativos en pensamientos positivos. Ellos aprenderán de ti.

Juego para fomentar el optimismo en tus hijos

Te propongo el juego de El PING PONG. Para jugarlo todos en casa y ganar conciencia de los pensamientos negativos automáticos y así poder cambiarlos.

Le podéis explicar a vuestro  hijo que  imagine que tiene un ángel bueno del que nacen pensamientos positivos sentado en el hombro derecho y un demonio del que nacen los pensamientos negativos sentado en el hombro izquierdo. Para ello es necesario que vuestro hijo se siente y vosotros os sentéis uno a cada lado suyo. Hace falta que preparéis dos tarjetas, en una tiene que haber un signo + y otra con un signo -.

La dinámica del juego será la siguiente:

  • El niño contará un problema.
  • La persona que tiene la cartulina negativa dirá algo negativo al respecto.
  • La persona que tiene la cartulina positiva, rebatirá su comentario con un argumento positivo que debe ser realista y objetivo.

Por ejemplo:

  • He suspendido en mates.
  • Comentario negativo. No eres bueno en mates tendrías que haber escogido otro bachiller.
  • Comentario positivo. Si trabajas más o buscamos un apoyo que te ayude, seguro que puedes sacarlo.

Los comentarios no pueden durar más de cinco minutos. Se pueden contar varios problemas y se intercambian los papeles de los padres como ángel y demonio. Finalmente, siempre ganará el ángel con sus argumentos positivos, pero para ello deben ser abundantes y, sobre todo, realistas. 

¿Te ha gustado esta dinámica? ¿Quieres conocer más? Cuéntame en mis redes sociales  si quieres saber más sobre el optimismo y cómo trabajarlo con tus hijos.

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