Cómo ayudar a tu hijo a gestionar sus emociones intensas
23 de abril de 2025

¿Tu hijo tiene emociones intensas? ¿Alguna vez has sentido que tu hijo se transforma en cuestión de minutos? Un momento es el niño más tierno del mundo y al siguiente está en plena rabieta. Esa dualidad, que recuerda al Dr. Jekyll y Mr. Hyde, es más común de lo que parece.

Cuando los niños no saben cómo expresar lo que sienten, sobre todo si están enfadados, lo más probable es que lo manifiesten con gritos, pataleos o actitudes desafiantes. Esto no es más que una forma primitiva de comunicación emocional.

¿Por qué los niños tienen rabietas?

Es importante entender que:

  • A los 2 años es normal que un niño se tire al suelo y patalee.
  • A los 4 años puede gritar, desobedecer, insultar o incluso dar patadas.

Estas conductas forman parte del proceso natural de aprendizaje emocional. Los niños no nacen sabiendo autorregularse, es algo que debemos enseñarles con paciencia y constancia.

Estrategias para enseñar a tu hijo a gestionar sus emociones

1. Pon nombre a sus emociones
Ayuda a tu hijo a identificar cómo se siente. Por ejemplo:

“Veo que estás enfadado. Cuando estés más tranquilo, hablamos.”

2. Habla de las consecuencias de sus actos
Explícale cómo sus comportamientos afectan a los demás:

“Cuando me pegas, me pongo muy triste.”

3. Conversaciones en momentos de calma
Cuando se haya tranquilizado, invítale a reflexionar:

“¿Cómo te sentiste cuando Juan te pegó?”

4. Enseña que hay distintas intensidades emocionales
El autocontrol empieza cuando el niño identifica su estado emocional. Frases como:

“Mejor no digo nada porque estoy muy enfadado. Luego lo veré más claro.”
…le ayudarán a pausar y pensar.

5. Anímale a expresar lo que siente
Un niño que pone en palabras sus emociones desde pequeño, será un adulto con alta inteligencia emocional.

6. No juzgues sus emociones
Validar sus emociones es clave. No hay emociones buenas ni malas, todas cumplen una función y son necesarias.

7. Invítale a buscar soluciones
Hazle preguntas que fomenten la reflexión y la resolución de conflictos:

“¿Qué podrías hacer la próxima vez que no te dejen jugar?”
Evita los sermones y los consejos no solicitados.

8. Reconoce sus logros
Valida cada paso positivo. Esto refuerza su autoestima y motivación:

“¡Estoy muy orgullosa de cómo actuaste!”

9. Comparte tus propios ejemplos
Cuéntale cómo tú gestionas el enfado o la tristeza. Tu ejemplo es su mejor modelo.

10. Verbaliza las emociones en el día a día
Aprovecha cada ocasión para hablar de lo que siente:

“¡Veo que te has puesto muy contento!”

11. Enseña a ser reflexivo
Guía a tu hijo en la búsqueda de soluciones:

  1. Define el problema
  2. Piensa en opciones
  3. Elige una
  4. Evalúa los resultados

Ejemplo práctico: cómo gestionar una conducta disruptiva

— “¿Le has pegado a tu amigo?”
— “Es que me ha quitado el balón.”
— “¿Y qué podrías hacer la próxima vez?”
— “No pegarle.”
— “¿Y si no te lo devuelve?”
— “Decírselo a la profesora.”
— “¿Y cómo crees que se siente cuando le pegas?”
— “Enfadado.”
— “¿Y cómo crees que se sentirá si se lo dices a la profesora?”
— “Mejor.”

Al día siguiente tu hijo te cuenta que Pedro le ha quitado las cartas.
— “¿Y qué has hecho?”
— “Le dije que me las devolviera.”
— “¿Y qué ocurrió?”
— “Que me las dio.”
— “¿Estás contento?”
— “Sí.”
— “¡¡Enhorabuena!! Estoy muy orgullosa de cómo has actuado.”

Este proceso de aprendizaje requiere constancia, seguimiento y mucha empatía.

Acompañar emocionalmente a nuestros hijos no significa evitar los conflictos, sino enseñarles a afrontarlos de forma respetuosa y consciente. Si cultivamos su capacidad para reconocer, expresar y manejar sus emociones, les damos una de las herramientas más poderosas para su vida.


¿Te ha servido este contenido? ¿Tienes dudas o quieres compartir tu experiencia?

Déjamelo en los comentarios o escríbeme. Estoy aquí para ayudarte.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

quince − quince =

¿Cómo discutir en familia sin romper el vínculo?

Discutir en familia es normal. En las familias saludables también hay conflictos. Las diferencias y las discusiones forman parte de la convivencia, y saber cómo manejar discusiones familiares de forma adecuada es fundamental para fortalecer los vínculos. El hecho de...

Estrategias para gestionar las conductas inadecuadas en niños

Detrás de las conductas inadecuadas de los niños o adolescentes puede haber necesidades no cubiertas, como hambre, sueño o en otras ocasiones es una forma de expresar las emociones de forma incorrecta porque aún no han desarrollado esa habilidad de hacerlo Cómo actuar...