La concentración es la capacidad de focalizar de manera eficaz, nuestra atención, en la tarea que estamos llevando a cabo. Cuando estamos concentrados, bloqueamos elementos distractores, como sonidos, ruidos o nuestros propios pensamientos.
La concentración es como un músculo que se puede entrenar y desarrollar. No Todas las personas por ello, tienen la misma capacidad de concentración, ni los niños tienen la misma que los adultos, pero pueden ir entrenándola para mejorarla.
Pero, ¿Cómo podemos saber si un niño tiene un problema de concentración o atención?
- Les cuesta mantener la atención en clase, se distrae con facilidad
- No son capaces de concentrarse con los deberes o tarda demasiado en hacerlos.
- Parece que no te escucha cuando le estás hablando.
- No pueden atender a una película o un cuento.
- Su juego es desestructurado y desordenado.
- Parece que están soñando despiertos.
- Les cuesta seguir la lectura.
¿Cuál es el origen de estos problemas?
- Problemas emocionales, estrés emocional.
- Preocupaciones excesivas.
- Rumiación.
- Ansiedad.
- Falta de motivación.
- Cambios hormonales en la adolescencia.
- Sueño deficiente.
- Dieta inadecuada.
- Drogas.
- Excesivo tiempo en la redes sociales, videojuegos…
- Determinadas condiciones psicológicas.
¿Qué podemos hacer ante un problema de concentración?
Primero evaluaremos el estado psicológico general del niño o adolescente, mediante una entrevista con los padres y profesores, así como un análisis funcional del adolescente y algunos test y pruebas sencillas. A continuación trabajaremos mediante un protocolo pionero en España que estamos llevando a cabo.
Dicho programa de intervención va enfocado a conseguir un aumento de la flexibilidad psicológica lo cual va a producir una mejora en la atención, concentración y rendimiento escolar, que a su vez incidirá en la mejora de las ‘áreas de valor’.
Si crees que tu hijo tiene un problema de concentración y te gustaría ayudarle no dudes en contactar conmigo a través de mi web o redes sociales.
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