A veces los niños imaginan situaciones, historias, comportamientos perfectos… que luego quieren que se hagan realidad
Debemos tener claro que los niños sean exigentes con ellos mismos es algo positivo, siempre y cuando esa exigencia no le bloquee o les genere situaciones negativas. Por lo tanto, es positivo que los padres transmitan a sus hijos que no deben conformarse con los resultados ‘justos’, sino que pueden desarrollar sus capacidades plenamente. Además se puede trabajar con ellos la capacidad de superación, en definitiva, todas su capacidades.
Por tanto, podemos afirmar que no es negativo que tengan rasgos perfeccionistas, pero tal y como hemos dicho esa perfección no les suponer agobio.
¿Cómo podemos ayudarles como padres?
- Analizar los errores para aprender de los resultados que no sean satisfactorios para así sacar el aprendizaje de cada situación.
Tenlo claro, de los errores aprendemos siempre. - Comprender qué herramientas necesitan para hacerlo mejor la próxima vez.
- Enseñarles a ver el error como una forma de aprendizaje, como un reto para superarse.
Por lo tanto, los rasgos perfeccionistas no los debemos ver como rasgos negativos, sino que debemos ayudarles para que los manejen a su favor. Hay que evitar que los hijos no quieran enfrentarse a nuevos retos por el miedo al fracaso, dado su nivel de perfeccionismo.
¿Qué situaciones nos podemos encontrar?
- No son en absoluto perfeccionistas, no les preocupan sus errores.
- Tienen un perfeccionismo sano: tienen muchas expectativas pero no les preocupan demasiado sus errores.
- Tienen demasiado perfeccionismo: tienen muchas expectativas y les preocupan mucho sus errores.
Sin duda, el tener un perfeccionismo sano es la opción más saludable porque aun sientan frustración y enfado al cometer errores, seguirán teniendo una actitud positiva para superarse.
También existe el perfeccionismo más enfocado a los demás, ser “social”, es decir, creer que los demás son los que tienen altas exigencias sobre uno mismo.
Hay que hacer que tengan un perfeccionismo positivo y propiciar siempre el ambiente en el que se anime a ver y entender el error como una forma de aprendizaje
Cada niño es un mundo y el perfeccionismo es solo un rasgo acompañado de una forma de ser, en unas circunstancias , de unas características educativas… Puede que no sea fácil manejarlo si se presenta como un rasgo exagerado o que le lleva el malestar. En ese caso pide ayuda, es importante prevenir y trabajar ese rasgo excesivo desde pequeño y no dejar que se convierta en futuras conductas desadaptativas y rígidas que limiten su vida.
¿Quieres saber más herramientas para controlar el exceso de perfeccionismo? Déjamelo en comentarios o envíame un mail.
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