Muchos padres me preguntan una y otra vez, «¿por qué mi hijo no hace caso nunca?, hemos probado todo y no hay manera». Esta gran incógnita no es fácil de resolver, la obediencia, la aplicación de límites no es un camino fácil, pero a base de esfuerzo, cariño y trabajo diario podréis conseguirlo.
!!Ponte el abrigo,nos vamos !!! cuento hasta tres …..¿por qué no hace nunca caso?
Mario y Elena le dicen a su hijo Oscar, de tres años, que se ponga el abrigo porque van a ver a su abuela para comer, pero parece que Oscar no les ha oído. Está jugando y no les hace caso, entonces los padres insisten para que deje de jugar, se ponga el abrigo y si quiere se lleve los juguetes a casa de la abuela. Oscar sigue jugando, entonces la madre le explica que la abuela está esperando y que se pondrá muy triste si llegan tarde. Oscar sigue jugando, entonces cambian de estrategia y los padres explican que en casa de la abuela podrá tomar una tarta muy rica, que le encanta y Oscar sigue jugando. Finalmente, recurren a :”te cuento hasta 3” y finalmente tienen que aplicar su autoridad.
El final de la historia es que llegan a casa de la abuela: los padres enfadados, el niño llorando y la abuela les riñe porque no están educando bien al niño……
Muchos de vosotros sonreiréis al ver esta escena.
¿Por qué los niños no hacen caso?
¿por qué siempre tienen que pasar los padres por todas las fases para llegar después de informar, insistir, avisar, sobornar, hacer chantaje, finalmente llegan al enfado y a imponer su autoridad?
Los padres hoy en día han querido pasar de la educación autoritaria de antes a una educación basada en el cariño, en la paciencia y en las buenas palabras.
Pero vienen muchos padres a mi consulta pidiendo ayuda, porque no saben cómo tratar a sus hijos para tener una convivencia pacífica y agradable, sin que haya luchas y batallas por cosas sin importancia cada día.
Desde luego, es más fácil ser autoritario que ser democrático, pero también es verdad que es más fácil consentirlo todo que ser democrático. La educación democrática es una educación en la que hay una negociación cara a cara con los hijos, pero no olvidemos que no es una negociación entre iguales.
¿Por dónde empezamos a resolver esto?
1- Empezamos por LOS LIMITES
Los límites implican una restricción porque les dicen a los niños hasta donde pueden llegar. El límite es una estructura, es una guía, es una orientación.
El límite de velocidad efectivamente es una restricción, pero nos orienta,nos guía y regula nuestra convivencia, para que haya una conducción segura. El límite es una orientación para el niño.
Durante el primer año
el niño no vive bajo las leyes morales de la convivencia sino que tiene que aprenderlas, a través de la educación y a través de la convivencia con los padres y con los hermanos. Si los niños no aprenden estas leyes morales p ueden llegar a desarrollar trastornos importantes.
Si no hay límites el niño no puede convertirse en un adulto feliz y sano a nivel psicológico.
El niño pasa por una serie de diversas etapas antes de llegar a la autorregulación psicológica. Y que el niño tenga éxitos y fracasos superando cada etapa de evolución en su aprendizaje va a determinar su comportamiento cuando sea un adulto.
En cada etapa el niño tiene que buscar un equilibrio entre la libertad y la restricciones que le rodean.
El niño cuando nace y es un bebé no tiene nada que hacer porque es el centro de atención de sus padres y tiene sus necesidades básicas cubiertas. Entre los 2 y los 6 años el niño vive sin una ley moral y con unos padres que todavía están muy centrados en su mundo. Vive en un mundo mágico, en un mundo un mundo irreal, lleno de fantasía, pero ahí empiezan aparecer las primeras restricciones y los primeros límites que ponen las personas que le rodean , los padres normalmente y el propio mundo físico a su alrededor.
Éstos primeros límites pueden ser contrarios a sus deseos y el niño debe aprender a aceptar esos límites como un acto de fe, porque todavía no es capaz de comprender el porqué de esos límites. No entienden por qué tienen que irse a la cama, a cepillar los dientes, tienen que pedir las cosas por favor etc..
A continuación aparece el “periodo de socialización».
En el que el niño se relaciona en grupos de iguales y este vínculo con los iguales hace los límites y esto hace crecer su regulación.
Si ha ido interiorizando el aprendizaje de las etapas anteriores, la evolución y la regulación psicológica irá fluida.
El niño irá de esta forma adquiriendo una libertad pero que tiene en cuenta a los demás, con un juicio y una conciencia moral, con un sentido de responsabilidad hacia él mismo y hacia los otros.
Pero el haber crecido sin restricciones o sin límites da lugar a niños que psicológicamente no se regulan .
El haber pasado por las etapas de la infancia con límites y restricciones da lugar a niños responsables, autónomos y felices.
Esto nos hace recordar que Prometeo les quitó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres y hacerles independientes, pero no tuvo en cuenta los deseos y los intereses de los hombres y esto hizo que llegaran a chocar unos con otros y ya les llevó a una falta de orden, a luchas y caos en la comunidad.
La comunidad también tiene sus límites y sus restricciones.
El adulto ya ha llegado a esa etapa en la que conoce sus límites y su madurez. Esto le permite mantener una actitud crítica hacia ellas, puesto que las normas y las restricciones sociales van cambiando con el tiempo.
Una mujer que tenía hijos sin estar casada, hace años, estaba muy mal vista: las normas y la restricciones cambian.
De manera que cuando un niño es pequeño las normas las tiene que respetar y los padres se encargan de ello, aunque no comprenden por qué y poco a poco van entendiendo la razones de esos límites.
La adolescencia
La adolescencia es una etapa en la que vuelven a cuestionar esos límites porque en adolescencia existe una actitud crítica que tiende a la transgresión.
Pero esta transgresión es muy importante para que el adolescente llegue a integrar realmente lo que quiere y lo haga compatible con las necesidades de los otros.
Y al final, esto le llevará a una autonomía y a un compromiso con las personas de su entorno.
Sería absurdo que los padres entendieran que los niños pueden ser autónomos y tener sus propias leyes, antes de haber pasado por todo ese proceso evolución.
El Niño pequeño no tiene la capacidad intelectual y moral para tomar decisiones sobre lo que está bien y lo que está mal y necesita los límites para orientarse.
La educación es una orientación que ayuda y regula al niño , al que los padres poco a poco irán explicándole por qué de cada límite y cada restricción.
Que los niños se regulen por sí mismos no es viable. Y a medida que van experimentando los beneficios de hacer caso y confiar en los límites que ponen los padres , esos límites se irán convirtiendo en su guía.
2- LA RUTINA
La necesidad de repetir las normas, en la vida cotidiana es fundamental. Llevar a los niños a dormir a la misma hora, creando una rutina normalmente acompañada de un cuento o de rituales, caricias ,confidencias ….es algo muy positivo.
No olvidemos que los padres debemos ser los primeros en respetar la rutinas y los horarios si queremos que nuestros hijos lo hagan.
3- Otro punto importante es el TIEMPO con nuestros hijos.
Que no es fácil, debido a la vida tan compleja que estamos viviendo . Y no hablamos siempre de tiempo de calidad, sino simplemente de pasar tiempo con ellos, de no hacer nada, de recurrir a la imaginación y la creatividad…..
Aburrirse es necesario porque a través del aburrimiento surge la creatividad.
4- y por último, el VINCULO
Para que el niño acepte las normas y los límites puestos por los padres, en la familia, es muy importante que haya una relación estable, sólida, positiva ,con los padres.
Este vínculo es fundamental para que el niño se desarrolle de una forma sana psicológicamente.
El apego seguro es el vínculo más adecuado porque es el que proporciona seguridad y bienestar al niño.
Es el vínculo en el que el niño sabe que los padres siempre van a estar ahí incondicionalmente. Y este estilo es la base fundamental para una evolución positiva del niño .
El niño con un vínculo seguro, acepta mejor los límites, porque entiende que su madre siempre está ahí y la relación con ella es buena. Niño con un vínculo inseguro hace caso a los límites muchas veces por temor. El vínculo seguro no solo es importante para que con la relación con los padres sea buena sino para determinar su desarrollo como adulto.
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