Muchos niños tienen miedo a salir de casa. «No pienso salir a la calle, tengo pesadillas…» son algunas de las frases que nos pueden decir. La verdad es que están asustados y estamos ante las primeras consecuencias de este período.
“Solo pensar en salir se pone nervioso”
Nervios ante la salida a la calle
La salida a la calle les resulta raro. Están vacías, todos van con mascarillas, no saben lo que pueden tocar…
El miedo y la inseguridad pasarán, pero el coronavirus ha dado lugar a un miedo mayor. Al miedo a volver a una vida que ya no es como antes y gran parte de ese miedo se lo han transmitido los padres con sus propios miedos y, a veces, con un exceso de información .
Aunque sean unos niños sanos y felices, no es raro que pueden presentar nuevas fobias, obsesiones, manías y, por supuesto, nuevos miedos. Tenemos que entender que ellos no han tenido los mecanismos, ni tienen los recursos necesarios para liberar esa ansiedad generada por el confinamiento; no pueden jugar con sus amigos, ni saltar, ni correr…
El miedo se contagia de padres a hijos, los padres se lo han transmitido. De hecho, los padres han utilizado el miedo para que los niños entiendan que no se podía salir de casa. Por otro lado la continua información sobre contagios, muertos, comentarios sobre la situación sanitaria… les han desbordado durante todas estas semanas.
No es frecuente que la aparición del miedo ocurra en niños de menos de cinco años, hasta esa edad no cuestionan la información de los padres. El miedo surge a partir de los seis años hasta la preadolescencia.
El secreto está en hablar con ellos,tranquilizarles, generarles nuevos retos que quieran afrontar. La clave es darles la información poco a poco, con eso conseguiremos que el miedo, como mecanismo adaptativo que es, irá desapareciendo.El secreto está en hablar con ellos,tranquilizarles, generarles nuevos retos que quieran afrontar. La clave es darles la información poco a poco, con eso conseguiremos que el miedo, como mecanismo adaptativo que es, irá desapareciendo.
Caso a parte son aquellos niños que ya tenían problemas antes de este confinamiento como situaciones de ansiedad. Ellos no han tenido los recursos normales para liberarla como salir a correr, al parque jugar con los amigos… Por tanto, seguramente van a registrar un empeoramiento de dicha ansiedad. Es momento de entrar analizar las causas que había antes de este período de confinamiento y pedir ayuda, si es necesario, para resolverlo.
¿Qué podemos hacer ante el rechazo de nuestros hijos a salir a la calle?
- No hay que obligarles. Hay que ir poco a poco. Si se les obliga, generaremos más angustia.
- Hay que transmitirles cómo van a ser las salidas, explicarles que se van a encontrar. Con ello intentaremos normalizar dándoles información y resaltando todo lo positivo de la nueva situación que van a vivir. Por supuesto, hay que utilizar el lengujae adecuado teniendo en cuenta la edad del niño.
- No es tu culpa que tu hijo se sienta así. Se trata de una consecuencia natural de lo que han vivido.
- Ayúdales a expresar sus miedos. A qué les pongan nombre, acompáñale e intenta comprender lo que te cuenta.
- El miedo no es una emoción negativa, tiene su función, ya que nos protege ante las amenazas, permitiéndonos reaccionar de la forma más adaptativa posible. Hay que validar su miedo.
- Aprender lo que es el miedo es el primer paso para ayudar a tus hijos.
- Puedes ponerle ejemplos, háblale de tus miedos, Sin duda, para ellos eso será muy positivo.
- Ofrécele la opción de dibujar su miedo y de meterlo en su frasco de preocupaciones.
- Acompáñale en todo esto hasta que poco a poco vaya recuperando la confianza.
- Esto es un proceso de aprendizaje para todos y en este camino estamos aprendido a conocerles mejor.
- Observa si detrás de este miedo hay otros miedos escondidos. Por ejemplo, miedo a salir de su zona de confort, miedo a volver a relacionarse con otros niños, que es el espacio donde se generaban problemas, miedo hacer nuevos amigos, cosa que siempre le ha costado mucho, miedo de separarse de sus padres de volver al colegio…
- ¿Qué pasaba en su en su vida antes de confinamiento ?¿qué situaciones le preocupaban ? Es importante ayudarle a verbalizar y hablar sobre ello.
- Pueden tener miedo a perder todo lo que han conseguido esta semanas. Como que los padres les dediquen el tiempo que necesitan, su cariño, su atención…
- No hagas que no pasa nada, no le quites importancia a sus miedos.
No intentes volver a la normalidad ignorando las consecuencias y los cambios que se han producido durante este proceso. Estos cambios nos llevan a todos a una NUEVA REALIDAD.
Lo primordial es que si vives una situación de este tipo con tus hijos tengas paciencia, ayúdale a que exprese y gestione sus emociones y, sobre todo, dale tiempo. Si observas que ese miedo se prolonga en el tiempo incluso va adherido a otras situaciones, no dudes en pedir ayuda de un profesional.
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