La teoría del apego de John Bowlby, surgió entre 1907- 1920 y sigue en vigor cuando como si se hubiera escrito ayer. En ella, se refiere al APEGO como al tipo de vínculo que forma el niño con las personas que le cuidan (la madre, el padre, las cuidadoras…) y que definirá los vínculos emocionales que tendrá el niño, no solo con las personas que le rodean y con el mundo sino también consigo mismo.
El estilo de apego es el primer ambiente emocional que vive el niño
Los tipos de apego se desarrollan desde que el niño es un bebé y dejan huella en la vida del adulto. Aunque suele producirse, normalmente, respecto a la madre también puede ser respecto a la persona que le cuida en primera línea: padre, cuidadores… La familia será la primera referencia en su vida y tendrá mucha importancia a la hora de construir los esquemas que tendrá ese niño cuando vaya creciendo en su interacción con el entorno.
Una buena relación familiar da lugar a una buena adaptación social
El tipo de apego da lugar en el niño, a un modelo de funcionamiento interno, en el que se forman la idea que tienen sobre ellos mismos, sobre el mundo y sobre la relaciones en general. Todo ello es clave no solo para la relación consigo mismo sino para las futuras relaciones afectivas así como para integrar y aceptar sus emociones y sus sentimientos.
¿Cuáles son los tipos de apego?
El apego seguro
El niño confía en la persona que le cuida, esa persona es una base segura a la que puede volver siempre que lo necesite porque siempre está.
La persona que le cuida es sensible a lo que le pasa y responderá a lo que necesita.
La madre tiene una disponibilidad permanente, será empática, está receptiva, es cálida, conecta con el niño. Incluso la persona que le cuida se anticipa a las necesidades del niño, potencia el control y la autonomía del niño y le apoya en sus tareas.
El apego estable le permite al niño explorar el mundo, comprender la realidad y vivirla sin miedo. Su nivel de ansiedad es mínimo. Y se ajustan bien a los cambios en el entorno.
El apego inseguro – ansioso
El niño no sabe si la madre estará disponible. El cuidado materno no es constante y por tanto el niño no confía en que su cuidadora esté permanentemente y eso le hace sentirse inseguro. Esto le reportará dificultades en la gestión emocional y momentos de mucha ansiedad en las separaciones.
Necesita la aprobación de quienes le cuidan y les vigila para que no le abandonen. Explora el mundo sin relajarse, preocupado y sin seguridad.
El apego inseguro ansioso genera una necesidad continua de que le confirmen que es amado. No son independientes emocionalmente. Tienen miedo a ser abandonados, sienten celos, inestabilidad, inseguridad emocional y tienen una baja autoestima.
El apego inseguro – evitativo
No cuentan con sus cuidadores con los que no han generado ningún vínculo. Los niños sufren, pero no lloran cuando se separan de sus padres.
Da lugar a una autosuficiencia compulsiva con altos niveles de estrés. No se sienten queridos ni valorados. No expresan sus emociones ni entienden las de los demás.
Evitan la relaciones de más intimidad, de hecho las rechazan. Hace que el niño sienta miedo a la intimidad, sean pesimistas, inseguros y tienen un sentimiento de soledad.
El apego inseguro – desorganizado
Es una mezcla del ansioso y del evitativo. El niño no espera encontrar a su madre cuando la necesite, es más espera que le desprecie o le maltrate por lo que no le queda más remedio que ser autosuficiente.
Surge a partir del rechazo continuo por parte de la persona que le cuida.
Solo es el caso de adultos con problemas graves: drogadicciones, enfermedades mentales… Los adultos tienen conductas negligentes o inseguras.
Los niños son destructivos y impulsivos, no saben gestionar sus emociones, carecen de relaciones o si las tienen son muy conflictivas.
¿Por qué es tan importante una relación afectiva positiva en los niños?
Una relación afectiva positiva con un apego adecuado y seguro dará lugar a:
- Niños felices.
- Mejor desarrollo intelectual.
- Mejor habilidad en el manejo emocional.
- Son más flexibles, positivos y abiertos.
- Mejor inteligencia emocional.
- Mejores cualidades personales.
- Mayor autonomía.
- Autoestima positiva.
- Confianza en sí mismo.
- Elaborar mejor la separación.
¿Qué características tienen que tener los padres para desarrollar un apego seguro?
Los padres deben ser sensibles a lo que necesita el niño, aceptarle, estimularle, anticiparse a sus necesidades, potenciar el control y la autonomía del niño, apoyarle en sus tareas…
El apego estable le permite al niño explorar el mundo y comprender la realidad.
TIPS para conseguir un apego seguro con los hijos
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- Límites y normas claros.
- Altos niveles de comunicación.
- Escucha activa.
- Mucho calor emocional.
- Alimenta la autoestima del niño.
- Sanciona las conductas no a las personas.
- Empatía.
- Sensibilidad.
- Siempre disponible.
- Cura tus traumas.
¿Se pueden cambiar los estilos de apego?
Los estilos de apego se pueden trabajar y de hecho se trabajan mucho en la consulta. Con mis pacientes, trabajo el estilo de apego, interpretando las consecuencias, para poder entender e integrar las conductas del niño en el momento presente. Todo ello se trabaja con estrategias y herramientas que generan la seguridad que el niño necesita con terapias como la Terapia de Aceptación y Compromiso.
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