Los problemas de ansiedad y depresión en la infancia y adolescencia están en aumento estos últimos años. La detección de estos problemas es crucial para poder llevar a cabo estrategias de tratamiento eficaces. Para luchar contra la ansiedad y la depresión infantil hoy en día disponemos de la Terapia de Aceptación y compromiso. Su objetivo no es intentar disminuir la ansiedad y los síntomas secundarios directamente. El objetivo real es generar en el niño o adolescente herramientas que le permitan estar en presencia de los eventos que le generan la ansiedad, sin necesidad de generar conductas de evitación.
¿Cómo ayuda la terapia de aceptación y compromiso?
Este tipo de terapia trabaja con metáforas y ejercicios experienciales. De este modo, se ayuda al niño o adolescente a desarrollar el “yo como contexto”, con perspectiva desde la que observar sus eventos privados (pensamientos emociones y recuerdos) que le generan ansiedad. Desde ahí, podrá elegir actuar de acuerdo a lo que es valioso para él. También se trabajan los Marcos Dieicticos, es decir, el Yo aquí y ahora, y los eventos privados allí/entonces.
Se trabaja con ejercicios para que note cómo aparecen los eventos privados. Se desarrolla el “Yo como proceso”, es decir, el niño nota como aparece el pensamiento o la emoción que le provoca la ansiedad en cada momento, distanciándose de ellos, sin dejarse controlar por ellos. Esto lo consigue a través de la “Desesperanza Creativa”.
Utilizamos metáforas y ejercicios experienciales para que el niño o adolescente comprenda que lo que hacía para intentar controlar esos pensamientos o emociones (evitación), tenía consecuencias a corto plazo como la reducción de la ansiedad. Pero otras a largo plazo, como la generalización de la ansiedad. Esa ansiedad que se extiende y le imposibilita realizar acciones valiosas para él como irse de viaje con sus amigos a campamentos o hacer cosas que le gustan.
¿Realmente es eficaz esta terapia?
Con esta terapia la reducción de la ansiedad es rápida ya que interrumpimos el refuerzo continuo que la mantenía. A su vez, transformamos las funciones discriminativas de la ansiedad. Por lo tanto, no solo se puede acortar la duración de los tratamientos, sino que las mejoras se extienden a otras áreas.
Todo esto incide además en la mejoría de la concentración y atención en el ámbito escolar, ya que para estar atento, el niño o adolescente necesita “distanciarse” de sus eventos privados aversivos y de esta forma poder seguir con sus tareas.
Si la ansiedad está limitando a tu hijo, puede que sea hora de actuar. La terapia de aceptación y compromiso puede ayudarle a gestionarlo.
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